martes, octubre 04, 2005

Un truco para la prueba de Turing

Es sabido desde hace tiempo que cuando una persona imita a otra, el hecho indica intenciones y emociones positivas. En este estudio (en inglés) se encontró que ocurre lo mismo cuando una inteligencia artificial nos imita: la consideramos tan persuasiva y agradable como en el trato con humanos.
Los participantes en un estudio atendían a los argumentos que un agente artificial les presentaba. El agente imitaba los movimientos de la cabeza de las personas participantes con cuatro segundos de retraso o repetía los movimientos de otra persona. Aquellas personas que fueron imitadas creyeron que los agentes eran más persuasivos y agradables que las personas que no fueron imitadas.

Además, quienes interactuaron con los agentes imitadores en promedio no apartaron sus cabezas de manera que quedaran fuera de la vista de los agentes, puntualizaron los investigadores Jeremy N. Bailenson y Nick Yee. A veces, las personas que no eran imitadas apartaban sus cabezas. Los investigadores también encontraron que aunque las personas participantes sabían que les hablaban agentes no humanos, no se dieron cuenta de que eran imitados.
Como dice Cory Doctorow (en inglés), se podría aprovechar este truco y por el simple recurso de imitar a la persona que quiere engañar, un bot podría pasar la prueba de Turing.

Otra situación que se me ocurre para usar el truco —como último y desesperado recurso— es en un examen oral. Pero no lo recomiendo.