La inconsistente prueba de la verdad
Ya que
ayer mencionaba a
Cicerón, vaya esta anécdota para conocer mejor su agudeza:
En una cena con Cicerón y otros hombres ilustres de Roma, una mujer cuarentona presumió de no tener más que treinta años. Como vio a su alrededor unas sonrisas incrédulas, quiso avalar sus palabras con el testimonio de Cicerón, quien la conocía desde hacía tiempo. Pero Cicerón se limitó a decir:
—Yo creo que lo que dice esta mujer debe de ser cierto. ¿Cómo va a mentir alguien que lleva más de diez años diciendo lo mismo?
Según cuenta
Pedro González Calero,
Filosofía para bufones, Ariel, 2007.
2 Sofismas:
¡JAJAJAJA! guao...con eso ¡la mató!
Tal cual...
Cicerón era un gran amigo de esa mujer... ;-)
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